El club más grande de la Argentina, y el más importante de toda América no podía sino tener un estadio acorde a su historia, un estadio Monumental. No solo por su inmensidad sino por su belleza. El más grande de nuestro país, como no podía ser de otra manera.
Una imagen vale más que mil palabras |
A lo largo de su historia, nuestro club tuvo su cancha en cuatro lugares distintos de Buenos Aires. Como todos saben, el primero se encontraba en el barrio bohemio de La Boca, más precisamente en la Dársena Sur.
Anteriormente, ese lugar había sido el primer potrero de Santa Rosa. Se ubicaba detrás de una carbonería llamada Wilson, cuyo dueño cedió los terrenos al club luego de que Enrique Salvarreza y Bard, hombres de aquel equipo riverplatense, saldaran unas deudas de la carbonería con el Ministerio de Hacienda. A partir de ahí, el esfuerzo se consumió en la “decoración” de la cancha: algunos aportaron los postes para los arcos y otros, el alambrado. El travesaño decía de ser un simple soga atada a cada palo. Pero la ilusión de crecer en la Dársena Sur se extinguió en 1906, cuando el Ministerio de Agricultura ordenó el desalojo.
Anteriormente, ese lugar había sido el primer potrero de Santa Rosa. Se ubicaba detrás de una carbonería llamada Wilson, cuyo dueño cedió los terrenos al club luego de que Enrique Salvarreza y Bard, hombres de aquel equipo riverplatense, saldaran unas deudas de la carbonería con el Ministerio de Hacienda. A partir de ahí, el esfuerzo se consumió en la “decoración” de la cancha: algunos aportaron los postes para los arcos y otros, el alambrado. El travesaño decía de ser un simple soga atada a cada palo. Pero la ilusión de crecer en la Dársena Sur se extinguió en 1906, cuando el Ministerio de Agricultura ordenó el desalojo.
Entonces, fue el tiempo de la inesperada emigración a Sarandi. José Bernasconi, director de los almacenes navales Dresco, cedió un lote cercano a la estación del Ferrocarril Sud y al arroyo Sarandi. Y pese a que el grupo fundador levantó otra casilla, la iniciativa no prosperó, debido a que muchos hinchas no podían viajar hasta esa cancha. Un año después, al observar que el terreno de las carboneras seguía desocupado, River pegó la vuelta.
Durante seis años, la pelota giró en la Dársena. Hasta que el 13 de marzo de 1913 un fuerte temporal derrumbó la tribuna y la casilla. Con gran voluntad fue reconstruida la cancha, pero otra orden de desalojo, provocó una nueva mudanza.
A fines de 1914, tras jugar como local en Ferro, los dirigentes alquilaron un terreno en Pinzón y Caboto, a una cuadra del anterior. Y en abril del año siguiente, fue inaugurado el estadio, con dos tribunas. Poco a poco, aumentó la cantidad de socios y las instalaciones se vieron desbordadas.
“River no es un club para un barrio, sino para una ciudad”, pronosticó José Bacigaluppi, presidente del club, en 1921. Por eso, firmó un contrato de cinco años con opción a cinco más para alquilar los terrenos del Ferrocarril Pacífico, ubicado en la actual avenida Del Libertador y Tagle. Y el 20 de mayo de 1923 se concretó la inauguración, con un amistoso frente a Peñarol.
Con el tiempo, la ubicación del estadio, hizo que la Municipalidad exigiera algunos cambios; por ejemplo, una fachada acorde al aspecto aristocrático del barrio. Por tal motivo, los dirigentes, encabezados ahora por Antonio Liberti, uno de los presidentes más honorables de toda la historia del club, comenzaron a buscar un nuevo lugar. Y finalmente lo hallaron en Núñez, donde alguna vez había estado el antiguo Hipódromo Nacional. El 31 de octubre de 1934, a un costo de 569.403 pesos, se firmó el boleto de compra de los terrenos cuya superficie era de 83.950 metros cuadrados más unos 35 mil cedidos por la municipalidad.
Al año siguiente, el 25 de mayo fue colocada la piedra fundamental. Para la construcción, el diputado Julio Noble gestionó un préstamo de dos millones de pesos. El 26 de Mayo de 1938 se inauguró el Monumental, en principio con forma de herradura.
La herradura terminó de cerrarse en 1958, bajo la presidencia de Enqique Pardo, gracias a la venta millonaria a europa del fenomenal Enrique Omar Sívori. En un traspaso récord para la época de 10.000.000 de pesos. Alcanzando una vez finalizadas las obras una capacidad máxima para 100.000 personas.
La última etapa de construcción se dio en 1977/78 para el Campeonato Mundial: se construyó la bandeja superior de la tribuna norte y transfomó las bandejas inferiores en plateas, que hasta entonces eran populares, lo que redujo su capacidad a 76.609.
Por último, en 1986 se le dio el nombre que lleva hoy, en honor al presidente que inició su construcción: Antonio Vespucio Liberti. Hoy en día, el Monumental de Núñez es el estadio mundialista por excelencia, donde además de River, juega sus partidos la Selección Nacional y el elegido por los artistas internacionales que visitan nuestro país. Su capacidad actual, debido a las normas de la FIFA es de 65.605 espectadores, siendo el más grande de toda la Argentina, una evidencia más de porque River, es el más grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario